sábado, 11 de mayo de 2013

Como bañar a mi perro con estilo



    
   El baño suele convertirse en una gran batalla y en algo desagradable tanto para el perro como para el dueño. Desde luego lo ideal es hacerlo en una peluquería ya que allí suelen portarse mejor, no nos ponen el baño patas arriba ni sacuden millones de pelos que tardas semanas en recoger... Los productos son específicos para no dañar el pelo y la piel y el baño lo hacen profesionales.

    
Foto by Marcos Caviccioli y Iminhull via Flickr

    
Además tardan muchísimo en secarse y en la peluquería disponen de potentes secadores que agilizan el secado y lo convierten en un poco menos traumático para aquellos que odian el secador (Buzz).
    A veces no es posible llevarlo o surge una urgencia y no nos queda más remedio que hacerlo en casa (revolcón en el parque en la sustancia mas tremendamente maloliente que se pueda encontrar y que seguro debe corresponder como mínimo a algo muerto o podrido...)







 Para estos momentos aquí van unos consejitos:

1. Usar agua templada máximo a unos 37° C.




2. Utilizar jabones específicos para perros, de otra manera podríais dañar la piel o el pelo al alterar el manto hidrolipídico de la piel (su protección) alterando el brillo e incluso provocando alergias o dermatitis.



3. Empezar a lavarle por el lomo, dejando la cabeza para el final porque es la parte más delicada. Sujetar la cara con una mano y con la otra frotar. Cuidado de que no entre agua en ojos, nariz y orejas. Son muy frecuentes las otitis por este motivo.




4. Aclararle a conciencia para que no queden restos de champú que puedan provocarle algún daño.





5. Secar al perro COMPLETAMENTE, ya que la humedad permanece durante dos o tres días más aunque el pelo parezca seco, lo que puede provocar alteraciones respiratorias a largo plazo y a corto plazo que perros más débiles puedan resfriarse. Cuidado de que no entre aire en el oído.


                                                                             Foto: falloutof


                                                                          www.hannasroom.com


                         


6. Al finalizar el secado hay que peinar bien el pelo para desenredarlo.




   






   Además repasaremos las uñas con un cortauñas específico para el tamaño de las uñas. OJO! Las uñas solo debemos cortarlas si sabemos. Es mejor dejárselo al profesional si no tenemos experiencia. En el interior de la uña hay una terminación nerviosa y una venosa que si cortamos accidentalmente puede provocar un profuso sangrado y un intenso dolor. Debemos estar preparados para esta eventualidad ya que es bastante fácil y frecuente que ocurra sobre todo si el perro se mueve y no se deja o porque simplemente calculamos mal el corte. Este debe ser 3mm por debajo del vaso sanguíneo, que se ve muy bien en uñas blancas. Para uñas negras calculamos 1/4 del total de la uña. Debemos tener un producto coagulante que ya venden preparado en forma de polvo para que lo coloquemos en el extremo de la uña dañada. En su defecto podemos utilizar agua oxigenada pero al ser líquida es bastante más engorroso. Por otra parte el dolor suele pasar rápido aunque siempre queda el riesgo de infección al tratarse de una herida abierta en contacto contínuo con el suelo. Habrá que vigilar la uña durante unos cuantos días y en casos extremos podría ser necesario taparla.




Los oídos es importante repasarlos con un poco de aceite en una gasa o con una toallita infantil. Todo muy escurrido, evitando que se derrame líquido en el interior. Hay que retirar los pelos que crecen en el interior y que ayudan a que se acumule suciedad y humedad e incluso pequeños restos como espigas, favoreciendo las otitis.




   El lavado de dientes merece un capítulo aparte y lo dejamos para otra entrada

                                                  Foto: Maddieonthings.com



Fotos via Pinterest

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